El beso de la amapola

El beso de la amapola gira en torno a dos ejes endémicos de la zona, que van y vienen y siempre están presentes: el mar y la droga. Presenta al lector una cruda realidad que nos roza y que en muchos casos ignoramos dándole la espalda.

El primer relato, Triste Destino, se desarrolla a lo largo de un solo día y narra la fuerza del destino y la maldad psicológica del ser humano, sobre todo el sadismo y el rencor.

Carmen y Nuno nacen el mismo día en lugares y circunstancias muy diferentes. Ella, en el seno de una familia humilde, unida y trabajadora. Él, fruto de un tremendo despropósito, en la más absoluta soledad y desamparo.

Carmen adora la vida y la disfruta amablemente a pesar de algunos reveses que ha tenido que superar. Nuno vive porque no le queda más remedio, aunque hubiera preferido no nacer. Lo único que ve positivo de la vida es que lleva aparejada la muerte. Sus caminos van, vienen, suben, bajan y lamentablemente se cruzan.

El segundo relato, Regreso a ninguna parte, pretende mostrar al lector la desdicha y el desgarro de personas que han vivido toda su vida preguntándose ¿qué habré hecho yo en la otra vida para merecerme esto? Saúl, con una infancia de sufrimiento y melancolía, tuvo que ejercer de adulto sin pasar por la adolescencia. A pesar de trabajar sin descanso y de ganarse la vida honestamente desde los dieciséis años, nunca recibió un reconocimiento. La vida le dio la espalda, y más de una vez.