Kitabı oxu: «Semiótica y literatura»
Semiótica y literatura. Ensayos de método
Jacques Fontanille
Fontanille, Jacques, 1948-
Semiótica y literatura: ensayos de método. / Traducción de Desiderio Blanco. 1.a ed. Lima: Universidad de Lima, Fondo Editorial, 2012
308 pp.: gráfs. (Biblioteca Universidad de Lima) Título original: Sémiotique et littérature. Essais de méthode
Bibliografía: pp. 295-297
Índice temático: pp. 299-309
Contenido: Presentación – Semiótica y literatura – Isotropía: coherencia, cohesión, Congruencia. La garganta, de Maurice Scève – Punto de vista: percepción y significación. La Semana Santa, de Aragon – Pasiones y emociones. La princesa de Clèves, de Mme de La Fayette – Enunciación, retórica y figuratividad. Alcoholes, de Apollinaire – La intertextualidad. René Char y los presocráticos: Hojas de Hypnos y partición formal – El género. El género formulario en Hojas de Hypnos, de René Char – El estilo. La tensión intersticial en Hojas de Hypnos – Fenomenología. Viaje al final de la noche de Céline.
1. Análisis del discurso
2. Semiótica y literatura
I. Blanco, Desiderio, tr.
II. Sémiotique et littérature. Essais de méthode
III. Universidad de Lima. Fondo Editorial
302.25
F75S3 (DDC 22)
Colección Biblioteca Universidad de Lima
Semiótica y literatura. Ensayos de método Primera edición digital, marzo 2016
© Universidad de Lima
Fondo Editorial
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ISBN: XXXXXXXX (formato e-book)
Versión ebook 2015
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ISBN versión electrónica:
Índice
Presentación
Semiótica y literatura
Semiótica del discurso
Cuadrado semiótico, recorrido generativo, narratividad
El discurso en acto
Presencia, identidad, afectividad
El método en perspectiva
Isotopía: Coherencia, cohesión, congruencia. La garganta, de Maurice Scève
La isotopía
La cuestión de la coherencia y de la cohesión
Texto y discurso
Las partes y el todo
La garganta, de Maurice Scève
Blasón y fragmentación
Segmentación
Análisis temático
La alternancia narrativa: El don o la prueba
La axiología de la distancia
Cohesión, coherencia y congruencia en La garganta
Aperturas
Punto de vista: Percepción y significación. La Semana Santa, de Aragon
El punto de vista
Dos dificultades
Un sujeto y un objeto: Regulaciones de la interacción
Ensayo de tipología
El punto de vista de MacDonald (La Semana Santa, de Aragon)
El recorrido estratégico
La restauración del sentido
Conclusión
Pasiones y emociones. La princesa de Clèves, de Mme de La Fayette
La dimensión afectiva del discurso
¿Es serio interesarse por los “sentimientos” y por las “pasiones”?
¿Psy o semio?
Del léxico afectivo a la dimensión afectiva del discurso
Los dispositivos modales
Los esquemas aspectuales y rítmicos
La puesta en perspectiva
Las expresiones somáticas
Impresiones y escenas típicas
Las pasiones bajo el control del discurso
Constituyentes y exponentes de la dimensión afectiva
Los constituyentes modales
Los exponentes tensivos
El esquema pasional canónico
El despertar afectivo
La disposición
El pivote pasional
La emoción
La moralización
La comunicación afectiva: La princesa de Clèves, de Mme. de La Fayette
Modalizaciones sociales y modalizaciones individuales
La correlación modal
El esquema pasional canónico
El tumulto modal: Tensiones y presencia
El sujeto plural
Enunciación, retórica y figuratividad. Alcoholes, de Apollinaire
Introducción
Retórica y enunciación
Los actantes posicionales
El esquema retórico canónico
Retórica y figuratividad
Bajo las figuras y los tropos, la sensibilidad y la percepción
Modulaciones retóricas de la intensidad y de la extensión
Cuatro tipos retóricos
Enunciación y figuratividad
Las escenas mentales de Apollinaire
A propósito de Alcoholes
Constitución de un campo personal intersubjetivo, condición de la enunciación poética y figurativa
Anclaje de las figuras en el “Tú-estado de alma”
Las figuras del discurso poético
De la descripción a los tropos-estados de alma
La simbolización
La irrisión
Valencias enunciativas y valores figurativos
La intertextualidad. René Char y los Presocráticos: Hojas de Hypnos y Partición formal
Intertextualidad y enunciación
La mediación intertextual
Intertextualidad y referencia
La semiótica del mundo natural en R. Char y en los Presocráticos
René Char, lector de los Presocráticos
Algunas problemáticas presocráticas
Enunciación y forma de vida en René Char
Esquema intersemiótico y forma de vida
Conclusión
El género. El género formulario en Hojas de Hypnos, de René Char
Labilidad de los géneros
Determinación de los criterios
Máximas y aforismos: Hojas de Hypnos, de René Char
El género formulario
Formas y usos del género formulario en René Char
La fórmula
La brevedad
Los actos de lenguaje
Los tipos discursivos: Registros, valores y tipos acogidos
Verificación: Un ejemplo
El estilo. La tensión intersticial en Hojas de Hypnos
Diferencia y repetición
Estilo y enunciación
Estilo e identidad
Identidades textuales
Identidades discursivas
Estilo y estética
La tensión intersticial en Hojas de Hypnos, de René Char
Introducción: Estilo y forma de vida
El tiempo como tema del enunciado
Observaciones sobre los tiempos verbales
La aspectualidad
El intersticio temporal
Identidades estilísticas
Fenomenología. Viaje al final de la noche, de Céline
Fenomenología del texto literario
En el corazón de la experiencia
La captación impresiva
Presencia y estesis
La estesis, la imperfección y los valores
La presencia
Profundidad del campo de presencia
Valores, valencias y creencias
Presencia y emoción estética
Fobia, angustia y abyección en Viaje al final de la noche, de Ferdinand Céline
La carencia de ser: La pululación informe
La semiosis del absurdo
La inquietud
La soledad
La degradación
La angustia de la profundidad
Bibliografía
Presentación
Jacques Fontanille subtitula su libro con la rúbrica de Ensayos de método. Y eso es, en definitiva. Capítulo por capítulo, va presentando diversos dispositivos teórico-metodológicos de la semiótica para aplicarlos a un breve texto literario, en unos casos, o a una obra completa, en otros. La exposición de la teoría no se limita a la simple propuesta semiótica, sino que la confronta constantemente con las teorías colaterales que sobre el mismo tema han elaborado otras disciplinas afines: la crítica literaria, la antropología, la retórica, la lingüística, la estilística, la psicología o la fenomenología. En esas confrontaciones, no desdeña los aportes que cada disciplina ha hecho al análisis del texto literario, sino que, por el contrario, tiene la sabiduría de incorporarlos a los modelos semióticos, otorgándoles el lugar en el que resultan más eficaces, sin incurrir en eclecticismos ni en mistificaciones de ningún tipo. Esa es la manera científica de incorporar a una ciencia los posibles aportes de las otras ciencias. Diríamos que Fontanille tiene la gran habilidad de “semiotizar” tales aportes. De ese modo, renueva las perspectivas, plantea nuevas cuestiones y contribuye al mejor conocimiento de los textos literarios.
Nuevas categorías semióticas aparecen en el panorama de la semiótica de Fontanille: la presencia, la percepción, la identidad del actante, el cuerpo propio, la afectividad y la pasión, la experiencia. Y, por otra parte, somete a revisión, desde la perspectiva semiótica, clásicas nociones como: el punto de vista, la isotopía, el género, el estilo, la retórica y la intertextualidad. Por lo demás, no deja de hacer puntualizaciones y ajustes en dispositivos de la misma semiótica greimasiana que él cultiva. Así, revisa la pertinencia del famoso cuadrado semiótico, del recorrido generativo y de las modalidades. No para rechazarlos, bien seguro, sino para darles su adecuado lugar en el sistema semiótico.
El sistema semiótico (greimasiano) se ha ampliado considerablemente a partir de las dos últimas obras publicadas por A. J. Greimas: De la imperfección (1987) y Semiótica de las pasiones (1991); esta última escrita junto con J. Fontanille, precisamente. En esas últimas obras aparecen por primera vez categorías como la de estesis (o estesia), presencia, tensividad fórica, cuerpo sensible, sentir, etcétera. A partir de esas nociones, los epígonos de Greimas, especialmente J. Fontanille, C. Zilberberg, E. Landowski, y otros, han desarrollado teorías y modelos analíticos para dar cuenta de aspectos del texto literario, y del texto artístico en general, que antes resultaban inaccesibles.
Eso se descubre en este libro de J. Fontanille al hilo de la lectura. En el primer ensayo, dedicado a la noción de isotopía, introduce los conceptos de coherencia, cohesión y congruencia, y revisa los procesos de categorización, donde puede observarse que el cuadrado semiótico es uno entre otros procesos de categorización posibles. Asimismo, el esquema narrativo se abre a nuevas posibilidades, además de las ya clásicas como la de la prueba y la búsqueda. Se trata, en este caso, del programa del don y del contra-don. Estos nuevos dispositivos son puestos a prueba en un poema clásico del siglo XVI perteneciente al género “blasón”. En el trabajo dedicado al punto de vista, elabora una teoría de la percepción, inscrita en el campo de presencia, que culmina en un modelo de cuatro instancias, las cuales emergen de la correlación entre la intensidad y la extensión de la percepción. Aparece aquí, también, la categoría de actantes posicionales, actantes primarios de la percepción y de la presencia, teóricamente anteriores y distintos de los actantes transformacionales o actantes narrativos.
Nuevos modelos surgen para analizar la dimensión afectiva en el estudio consagrado a La princesa de Clèves, de Mme de La Fayette. Se trata en este caso de los dispositivos modales que se hallan en la base de las pasiones y de las emociones. El desarrollo de las modalidades clásicas y de su sistema narrativo se amplía al ámbito de la tensividad por medio de la categoría hjelmsleviana de los constituyentes y exponentes de la dimensión afectiva, que dan por resultado lo que Fontanille llama pasiones de la presencia: espera (o nostalgia), felicidad, tedio y vanidad. Finalmente, el modelo le permite elaborar un mapa de la afectividad. Veremos funcionar estos modelos en el análisis de la novela de Mme de La Fayette.
Una revisión de la retórica, vinculada con la enunciación, por una parte, y con la figuratividad, por otra, permitirá un análisis exquisito de Alcoholes, de Apollinaire. La visión tradicional de la retórica como adorno del lenguaje da paso aquí a una posición esencialmente creativa de las figuras retóricas. Los modelos explicativos elaborados por Fontanille permiten recorrer las complejidades de un poemario como Alcoholes y dar cuenta de sus diferentes niveles de significación: estados de alma, simbolización, irrisión, escenas mentales, estados de cosas.
La obra poética de René Char, especialmente Furor y misterio, le sirve a Fontanille para tratar la categoría posmoderna de la intertextualidad, y las clásicas categorías literarias de género y de estilo desde una perspectiva rigurosamente semiótica. Por lo que se refiere a la intertextualidad, el autor se remonta a la semiótica del mundo natural de los Presocráticos para observar cómo R. Char la reformula y la recrea en términos modernos, hasta convertirla en una forma de vida. En cuanto al género, Fontanille se centra en el género formulario (o aforístico), típico de Hojas de Hipnos. El mismo libro de René Char le servirá para dilucidar la vieja categoría de estilo. Aquí, el autor abre un nuevo campo de observación en el texto literario con la noción de “tensión intersticial”. Para eso, elabora varios modelos analíticos que le permiten explicar la identidad de los diferentes estilos en función de la intensidad de la percepción y su distribución en el campo textual: individualidad, singularidad, originalidad y temperamento. Trabajando con esmero las nociones de “asunción/innovación”, por un lado, y de “recurrencia/permanencia”, por otro, logra una segunda tipología del estilo que da por resultado: audacia vs. constancia y tendencia vs. remanencia.
Finalmente, el último ensayo titulado sencillamente “Fenomenología”, desarrolla los conceptos y categorías que llegan a la semiótica desde Husserl a través de Merleau-Ponty: experiencia, presencia, devenir, fluencia, captación impresiva, estesia, apariencia y aparición, y finalmente estética. Y, naturalmente, el novísimo concepto greimasiano de imperfección. De exposición más fenomenológica, como su título indica, este ensayo acude únicamente al sencillo modelo analítico de la imperfección y sus variedades, que es el mismo modelo que da origen a los modos de presencia: correlacionando una mira (intensa o débil) con una captación (amplia o restringida), obtiene las modalidades siguientes: plenitud, carencia, inanidad, vacuidad. Se interesa igualmente por la profundidad del campo de presencia, propiedad que le permite describir la experiencia del tiempo y del espacio en el universo textual.
Para verificar la eficacia analítica e interpretativa de estas categorías fenomenológicas, elige la voluminosa novela de Ferdinand Céline Viaje al final de la noche. Allí veremos aparecer la pululación informe, que señala la carencia de ser, la semiosis del absurdo, la inquietud permanente, la soledad sin posible participación, la degradación, la angustia de la profundidad, la imaginación de la muerte…
Semiótica y literatura es un libro teóricamente riguroso, metodológicamente escrupuloso, y fundamentalmente, un libro didáctico, tanto por su organización como por su exposición literaria. Para los no iniciados en las problemáticas más actuales de la semiótica, les recomiendo que lean (mejor, que estudien), del mismo autor, Semiótica del discurso.1
Lo que he pretendido hacer, por mi parte, en esta presentación ha sido una breve guía de lectura de un libro exento de dificultades.
Semiótica y literatura
La semiótica francesa, y en general la europea, se formó durante los años cincuenta y sesenta, en la confluencia de la lingüística (Barthes, Greimas), de la antropología (Lévi-Strauss) y de diferentes corrientes formalistas, provenientes unas de la crítica literaria (la “nueva crítica”) y otras de la lógica matemática. Una parte de las investigaciones evolucionó hacia lo que se denomina corrientemente “semiología” —estudio de los signos—, bajo la influencia de la teoría de la comunicación. Pero la corriente más representativa ha permanecido fiel, a pesar de su diversidad, a una semiótica fundada en el principio de una “semántica” de los discursos, de los textos o de las imágenes.
SEMIÓTICA DEL DISCURSO
En esa perspectiva, el análisis semiótico de los textos parte del principio de que todo discurso es no tanto un macro-signo o un conjunto de signos sino un proceso de significación asumido por una enunciación. La teoría semiótica es, pues, concebida para dar cuenta de las articulaciones del discurso considerado como un todo de significación. Para eso, debe, al menos, a fin de captarlo mejor, segmentar ese “todo de significación”. Uno de los métodos posibles consiste en reconocer en cada texto cierto número de unidades formales cuyos límites serían definidos por las diferentes “rupturas” que se pueden detectar en la lectura: rupturas espaciales, temporales, actoriales, temáticas, figurativas, etcétera. Pero esa diligencia, si bien es indispensable, tiene sus límites: encuentra a fin de cuentas la cuestión de las “unidades mínimas” y recae así en la división por signos, que trata de evitar a toda costa.
Por esa razón, la teoría semiótica ha adoptado otro tipo de segmentación a fin de captar mejor su objeto, sin desnaturalizarlo sin embargo: introduce un conjunto de niveles de significación; en lo esencial, y yendo de lo más abstracto a lo más concreto, esos niveles se identifican con las estructuras semánticas elementales, las estructuras actanciales y modales, las estructuras narrativas y temáticas y las estructuras figurativas. Cada nivel, del más abstracto al más concreto, se supone que es rearticulado en el siguiente nivel de manera más compleja.
Esa semiótica está orientada más que nada al análisis de los textos, de los conjuntos significantes, de los discursos vivientes y no al estudio de los signos propiamente dichos. Es natural, pues, que se interese desde muy pronto por los estudios del texto literario; pero hay que precisar enseguida que comenzó a asomarse al texto literario con los métodos (formalistas sobre todo) que se habían elaborado en el campo de los mitos y de los cuentos populares. En ese sentido, la semiótica literaria era una suerte de “antropología estructural” del texto literario. Iluminación nueva y fecunda, sin duda, pero que no podía satisfacer plenamente a los especialistas de la literatura.
La semiótica se convirtió progresivamente en una semiótica del discurso: con eso asume aquello a lo que estaba destinada desde un comienzo, es decir, a elaborar una teoría de los conjuntos significantes y no una teoría del signo; pero para lograrlo, necesitaba encontrar los instrumentos que le permitieran captar el discurso viviente, el discurso en trance de ser enunciado, el discurso que va inventando sus propias formas y que no se contenta con extraerlas de un “tesoro” preestablecido de estructuras, de motivos, de situaciones y de combinaciones. La semiótica ha llegado a ser una semiótica del discurso, devolviendo su lugar pleno al acto de enunciación, a las operaciones enunciativas, y no solamente a la representación del “personal” de enunciación (narradores, observadores, etcétera) en el texto: de ese modo, se encuentra ya en capacidad de abordar el discurso literario no solo como un enunciado con formas específicas, sino también como una enunciación particular, como un “habla literaria”, al decir de Jacques Geninasca.1