Kitabı oxu: «Despertares»

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Diseño de edición: Julio César Fuentes Domínguez

Maquetación: Juan Muñoz

Diseño de portada: Julio César Fuentes Domínguez

Supervisión de corrección: Ana Castañeda

ISBN: 978-84-1386-845-5

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Al despertar, a las mañanas de domingo, a la vida presente, a quien ama, a quien se ama, a Isidra, a ellos, a ellas, a ti, a la otra madre, a tus dedos por tocarme, a tus ojos y labios por leerme, a tu hogar por acogerme, al silencio que a estos versos, espacio les ofrece.

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Abrir los ojos cada domingo y ser árbol, viento, luz, amante.

Abrirlos cada domingo y poemarse.

Abrirlos y atrapar el instante.

Otoño

Balada triste,

melancolía que, con el paso del tiempo,

sabe dulce, como los besos que fueron,

como el agua fresca del río en la sierra,

como el sentir la dicha de vivirlo, o la tristeza de perderlo.


Destinos que esperan

Si vuelo, no temas.

Mis alas y el viento, destinos que esperan.

Esta naturaleza mía, ganas de estar vivo,

incertidumbre que despierta,

ventana que nunca se cierra.

Estas ansias de estar, ser, imaginar,

acariciar promesas cumplidas,

deseo de estar donde nadie desea.

Esta fuerza que a los cielos me eleva,

huida de ilusiones vendidas,

anuncios y cuentos que encierran,

inmovilidad, nulidad de vida despierta.

Si vuelo, no temas.

Mis alas y el viento, destinos que esperan.

A la madre olvidada

Se ausentaron las palabras esta mañana.

Tan reconfortante ver caer la lluvia esperada,

que el silencio, protagonista absoluto,

habla en el idioma de las gotas de agua.

Mañana sin palabras, solo miradas.

Besos de alma a esa madre,

la madre que olvido se llama,

que ama y no espera ser amada.

Que no haya espera

Si no vuelvo, que la tristeza no ocupe mi lugar.

Que mi ausencia sea invisible en ese mundo etéreo.

Que mi recuerdo solo sirva para esculpir tu sonrisa.

Que la mañana siguiente,

sientas la dicha de permanecer, estar, ser.

Si no vuelvo, no pienses que no quise volver,

en lo que pudo haber sido y no fue.

No lamentes siquiera,

no inclines la mirada buscando consuelo en la tierra.

Si no vuelvo, que sientas tu grandeza, tu luz, tu fortaleza.

Que luzcas tu vestido más hermoso

en el baile de los que se quedan.

Si no vuelvo, que no haya espera.

Árbol

Algún día partiré sin saber adónde.

Ofreced mi carne al fuego,

convertidme en cenizas, en sagrado alimento.

Enterrad semilla de árbol dentro.

Árbol que crezca y meza el viento.

Árbol, hogar de seres diminutos,

aves que anidan,

almas que buscan su esqueleto.

Árbol que cuando abraces, sientas tan vivo

como el abrazo de aquel primer encuentro.

Árbol que desnude el otoño,

como tus manos mi cuerpo.

Árbol, amor mío.

Seré el árbol de tus deseos,

de tu refugio, de tu anhelo.


Despedida

Deja que te llore esta mañana con sabor a despedida,

que tiemble mientras sueño con tu encuentro en la lejanía.

Deja que caiga al vacío en un vuelo que ni el suelo detenga,

que te toque inerte y sueñe traerte de vuelta.

Deja que sienta tu ida como ave que migra y luego regresa.

Que un beso, solo uno, eternice en la memoria de mi piel.

Deja que espere, porque «siempre»

pertenece a la familia de palabras imposibles.

Deja que sueñe reencontrarnos y amarnos en carne, de nuevo,

sin tiempo para tu ida, sin tiempo para el regreso.

Siempre vuelvo

Perdona si nadie, ni siquiera tú, me entiendes.

Aunque no te des cuenta,

puedo tocarte en la mirada más inocente y discreta.

Puedo amarte sin necesitarte,

correr tras la soledad más hermosa, más distante.

Puedo esculpir tus curvas con mis dedos,

dibujar los cuadros más bellos

sobre el lienzo desnudo de tu cuerpo.

Escribir palabras en tus manos,

componer melodías que aniden en tu pecho.

Puedo estremecerme con solo rozarte,

amarte y no necesitarte.

Volverme loco en el lecho de tus descansos,

después, huir en busca del mío.

Saber que, si el frío me encuentra atractivo,

solo un impasse, suspiro, traición sin delito.

Si me dejas amarte, si por un momento me exilio,

no temas, siempre vuelvo donde fui bien recibido.

No solo tocarnos

Nunca nadie pudo verme.

Todos hablan de mí, de mi presencia,

de si voy o vengo, si agrado o molesto.

He visto mil paisajes,

he ayudado a esculpirlos.

He acompañado al tiempo en su larga travesía.

Pulsuz fraqment bitdi.

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